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"Cuando me paseaba, tarde, por ese camino lleno de árboles, una castaña cayó a mis pies.
El ruido que hizo al estallar, el eco que sucitó en mí y un temblor desproporcionado con respecto a ese ínfimo incidente, me sumergieron en el milagro de la embriaguez de lo definitivo, como si no hubiese ya más preguntas, sólo respuestas. Me sentía ebrio de mil evidencias inesperadas con las que no sabía que hacer...
Así fue como estuve a punto de alcanzar lo supremo.
Pero creí preferible continuar el paseo."
E.M.C.
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